Nos cruzamos con Mariela y Alejandro a la salida de su clase de gimnasia para personas mayores. Ellos son amigos desde hace varios años y se conocieron asistiendo precisamente a estas clases, a las que concurren 3 veces por semana.

A ambos les encanta ir porque, además de permitirles mantenerse activos, han formado un bonito grupo de amigos y amigas con quienes comparten también en otros ámbitos: se juntan a compartir, celebran cumpleaños, salen a bailar y hacen paseos fuera de Santiago.

Alejandro tiene 64 años y está jubilado, luego de haber trabajado durante 40 años. Cuenta que, a pesar de su discopatía, su proceso de envejecimiento ha sido tranquilo y ha podido disfrutar del tiempo con sus nietas.

Mariela, por su lado, tiene 68 años. Fue su familia quien le regaló la bicicleta el año pasado y desde entonces le encanta usarla para movilizarse. Su vejez ha sido muy bonita, dice, porque por fin ha tenido tiempo para sí misma: “ahora me toca a mí”.