Orlando es una persona colombiana de 66 años y mucha personalidad. Vivía en Cali y hace ya doce años que se mudó a Chile en busca de un mejor porvenir para su familia. Primero vino él y después se le unieron las hijas y su esposa.

Dice que ser migrante le fue difícil al comienzo, porque debió enfrentarse con la xenofobia de algunas personas, pero que en todos lados se encuentra gente amable. Actualmente se siente integrado a la cultura nacional y hasta tiene nietos que él mismo define como “chileno-colombos” o “colombo-chilenos”.

Lleva diez años trabajando como vendedor en ferias libres, donde se pone con su puesto de artículos electrónicos, pero como no tiene ferias cercanas los días miércoles se instala en un banco de la avenida para vender sus productos.

Pasó ocho años sin ver familiares ni amistades, pero en diciembre Orlando volvió a pisar Colombia para festejar su cumpleaños y también aprovechó para celebrar las fiestas de fin de año con los suyos.