Juan, una vida en el arte

Parado en su local de cuadros y enmarcación se encuentra Juan, de 72 años. Nació en Santiago y quedó huérfano cuando tenía apenas 10 años. Dice que sus valores más importantes los aprendió de su madre, y que todo lo demás lo aprendió de la calle.

Estuvo casado pero en los años 80s se separó de su compañera. Sus hijas prefirieron quedarse con él. Según Juan, verse con la responsabilidad del cuidado y sostenimiento del hogar le ayudó a comprender y valorar la labor que las mujeres realizan en sus casas. “Ellas son más inteligentes”, asegura.

Fue un primo quien lo introdujo en el mundo del arte y desde ese entonces siguió aprendiendo. Durante la década del 60, fue pintor de cuadros abstractos y surrealistas, pero después dejó de pintar para dedicarse exclusivamente a la enmarcación, oficio que aprendió de manera autodidacta. “La pintura es bonita, pero es muy compleja” asegura Juan, y después nos dice que, gracias a su trabajo, pudo viajar y conocer la mayor parte del país.

En los muros de su local cuelgan diferentes pinturas, entre ellas las de uno de sus nietos que también se dedica al arte. Juan afirma que puede reconocer la legitimidad de un cuadro porque aprendió con buenos maestros. Entre las actividades que disfruta nos menciona la lectura, el fútbol y el visionado de una serie sobre arte impresionista francés.

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